Desde la cupletista sorda inauguramos este otoño con una joya del pop nacional, un pop minimalista, elegante y poético de tempo lento y pausado.
Un proyecto llamado Viento Smith que vio la luz a principios de 2014 con el sello Subterfuge . Este grupo que surgió de una forma casi espontanea, aúna el universo que crean las atmósferas de un genio creativo como David Cordero (Úrsula) y la magia de las historias tras las canciones de Ricardo Lezón (Mc Enroe), a los que se suman Raúl Pérez (estudios La Mina, The Baltic Sea) y Nacho García, el resultado seis maravillosas canciones envueltas de una sensibilidad lírica que transmite y una riqueza atmosférica hipnótica, baladas frágiles con elementos pop de cámara y ambiente, que flotan entre sintetizadores y guitarras etéreas.
Un disco creado con mimo, canciones que van entrando poco a poco y que logran poner la carne de gallina, salidas de las entrañas, pequeños retratos llenos de poesía de pedazos de vida, como la crónica de En aquel tren una letra explícita y físicamente, descriptiva, cargada de sensualidad y erotismo narrada por la voz inconfundible de Ricardo Lezón que flota sobre una melodía que suma y resta elementos para transformarla en un momento mágico, pasando por el dramatismo de Soplar la herida donde a pesar de todo nos ofrece una luz de esperanza.
No puedo añadir más elogios a este disco sin caer en el babeo y creo que la mejor descripción es sin duda la que hace el propio grupo.
«Las canciones de este disco están escritas desde la tristeza pero a medida que fueron creciendo se fueron transformando en luz. La luz del viento en la cara. La luz de lo bueno que está por venir. La luz que nunca se apagará, como decían los Smiths. El viento que algún día atraparemos o nos atrapará. Esta es la historia de cuatro amigos contando una historia. Son seis trozos de nuestra carne arrancados con amor. Ojalá os guste tanto como a nosotros.» Viento Smith.
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