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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Pactar con el diablo y otras formas de triunfar en la vida


Pactar con el diablo, el recurso fácil. Cuenta la leyenda que Tommy Johnson vendió su alma a Satanás para ser el mejor músico del Delta y es posible que lo fuese. El Diablo le dio el mayor de los talentos en sus manos, una guitarra en su cintura, una mujer a la derecha y una botella de whisky a la izquierda. Johnson grabó tan sólo una docena de temas a lo largo de su vida, se pasó más tiempo en las cárceles que tocando. Eso sí, sus temas y su influencia han sido básicas para entender la música de hoy en día.


A pesar de que logró el éxito y consiguió mucho dinero acabó su vida de una manera miserable y murió de una intoxicación etílica en 1956.



Continua la leyenda diciendo que el Diablo tenía una oficina en el cruce de la autopista 61 con la 49, a la altura de Clarkslade en el estado de Mississippi (no sabemos su actual estado, pero creo que hoy es un Walmart) . Hasta allí fue Robert Johnson,  Y el hombre  que no tenía ni idea de tocar la guitarra  al poco tiempo de desaparecer volvió siendo el mejor guitarrista y compositor de su tiempo. Y si pones sus vinilos al revés, escucharas la cara B.





Y  en esos vinilos aparecen temas tan esclarecedores como Me and the devil blues o Bound in my trail en los que hace referencias al infierno. Apenas se sabe nada de la vida de Robert Johnson, aunque hay una anéctoda muy divertida que da a entender que si no había pacto con el diablo bien podía haber mandado a todos al infierno, ser músico en la década de los 30 era peligroso y hasta a veces absurdo. Johnson, junto a un colega, se encaminan entre los pueblos de Illinois a fin de ser contratados. Así es que en el primer pueblo al que llegan les contratan. Son un éxito, noche tras noche el local está hasta los topes y su caché aumenta. Todo va bien hasta que se enteran que a esos paletos no les interesaba su música, eran los primeros negros de carne y hueso que veían en su vida y lo suyo no era una actuación, era un Zoo. Lógicamente salieron por piernas.

Un mal día acudió al local de un tipo llamado Ralph para entretener a la gente con su música, y aunque el bluesman se estaba beneficiando a la mujer de Ralph, en principio fue recibido de una manera muy amistosa. El anfitrión le ofreció whisky del que nuestro hombre no dudó en hacerlo suyo. A mitad de actuación tuvo que abandonar el escenario por fuertes dolores en el estómago. Había sido envenenado. Murió  después de varios días de largas agonías en Greenwood, enterrado en una fosa común. Nadie lo puede identificar. Por ese tiempo un tal Hammond lo estaba intentando localizar para que actuase en un festival en el Carnegie Hall de Nueva York, pero cundo dio con él ya estaba muerto. De ese evento da fe en un disco el que fuera su sustituto en el festival, Big Bill Broonzy que anunció su muerte en el escenario y tocó dos de sus temas.

Robert Johnson murió a los 27 años y fue el primero de una larga serie de mitos que han ido cayendo a esa edad : Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain y Amy Winehouse entre otros. ¿Casualidad? Por supuesto.















En los 90 Red Hot Chili Peppers versionarían They´re Hot .


A pesar de haber grabado una veintena de títulos la obra de Johnson sigue hoy tan vigente como el primer día. En los 90 CBS recuperó su obra y la adornó en una caja con grabaciones inéditas y diferentes tomas de los temas. Un lujo muy celebrado. ¿Su legado? Eric Clapton grabó un disco con canciones de Johnson y de él dijo que nunca había escuchado nada más profundo en su vida. Han sido muchos los artistas que han grabado temas de nuestro hombre. Muddy Waters, Elmore James y cualquier guitarrista actual de alguna forma ha sido influenciado por Johnson. Su técnica es inconfundible y fue una de los precursores de la guitarra slide. En 1986 fue incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll



En 1986 Walter Hill dirije una película basada en la leyenda de Robert JohnsonCrossroads.  La música corre a cargo de Ry Cooder y Karate Kid (como se llame)  se enfrenta a un  Steve Vai que es enviado por el diablo en un duelo de guitarras. Yo iba con Steve Vai.









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